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Lista de referencias:
1.- Autor desconocido (Noviembre 2012). Guía de Práctica Clínica sobre la Esquizofrenia y el Trastorno Psicótico Incipiente. 20 de Octubre del 2014, de Gobierno de España Sitio web: http://www.guiasalud.es/egpc/esquizofrenia/pacientes/01_presentacion.html
2.-Jerónimo Saiz Ruiz, Diego C. de la Vega Sánchez, Patricia Sánchez Páez (2010). Base Neurobiológicas de la Esquizofrenia. 20 de Octubre del 2014, de Universidad de Alcalá. Sitio web: www.redalyc.org/pdf/1806/180615360004.pdf
3.- Autor desconocido. (Año desconocido). Entendiendo la esquizofrenia. Una guía para las personas que sufren la enfermedad y sus familias. 20 de octubre del 2014, de Servicios de Salud Mental Extrahospitalaria de Gipuzkoa y de los Programas Específicos de Osakidetza/SVS Sitio web: 2. http://www.feafes.org/publicaciones /Entendiendoesquizofrenia.pdf
Información objetiva
La esquizofrenia es un trastorno mental que se encuentra dentro del grupo de los llamados trastornos psicóticos. Las personas afectadas de esquizofrenia pueden presentar una grave distorsión en el pensamiento, la percepción y las emociones, manifiestan pérdida de contacto con la realidad y experimentan alucinaciones (fenómeno en el que las personas escuchan y/o sienten cosas que los otros no escuchan ni sienten).
Factores de riesgo
Una de las causas probables de la esquizofrenia es la transmisión genética o herencia. Los expertos creen que la tendencia a adquirir la esquizofrenia es heredada y que la enfermedad aparece en los miembros de una familia afectada de acuerdo a la consanguinidad.Por ejemplo, si ambos progenitores biológicos sufren la enfermedad, el riesgo de que el hijo la tenga es de un 40%. Esto ocurre aun si el hijo es criado por adultos que no sean
sus progenitores ni que tengan la enfermedad. En contraste, los hijos cuyos progenitores biológicos son mentalmente sanos, sin importar si los progenitores adoptivos sufren de esquizofrenia, tienen aproximadamente un 1% de riesgo de adquirir la enfermedad.
Cuadro clinico
En general, los síntomas de la esquizofrenia pueden ser clasificados en dos grandes grupos: los síntomas positivos y los síntomas negativos.
1. Positivos: trastorno del pensamiento, delirios, alucinaciones.
2. Negativos: afecto embotado (o sin interés), abulia, anhedonia, déficit de atención
Estos cambios antes de una crisis se llaman pródromos y alertan que alguna cosa no va bien, ayudando a prevenir las crisis, o bien, afrontándolas. Hay que decir que la presencia de pródromos no implica necesariamente que se acabe desarrollando esquizofrenia o que se vaya a tener una recaída.
Evolución del trastorno
La aparición de la esquizofrenia puede ser gradual o bien puede presentarse de pronto, súbitamente. Por otro lado, su evolución es variable, suele desarrollarse alternando períodos de crisis (fase aguda) con momentos estables o de remisión total o parcial de los síntomas (fase estable). Entre estos dos estados, puede haber períodos donde se reduzca la intensidad de los síntomas, que pueden durar unos seis meses después de una crisis (fase de estabilización).Diagnóstico
Para diagnosticar la esquizofrenia un especialista en salud mental (psiquiatra o psicólogo) debe realizar un estudio clínico de los síntomas que padece el paciente desde hace algún tiempo, una vez el médico de familia lo haya derivado. Además, se realizarán pruebas de laboratorio y/o complementarias para descartar otras enfermedades o el uso de sustancias tóxicas.Es importante que la persona afectada explique todos los cambios que está sufriendo, a fin de que el especialista pueda realizar un diagnóstico adecuado.
Tratamiento médico
La medicación es una parte muy importante para el tratamiento de las personas que padecen un trastorno esquizofrénico. Se ha demostrado su eficacia para atenuar los síntomas en períodos de crisis (episodios agudos), para la prevención de recaídas o para la mejoría de los síntomas entre crisis.Los antipsicóticos son la medicación principal, ya que disminuyen los síntomas y previenen recaídas. Asimismo, otras medicaciones son utilizadas tanto para estabilizar el estado de ánimo como para corregir efectos adversos (medicaciones coadyuvantes).
Hay dos grandes grupos de antipsicóticos:
a. Los llamados antipsicóticos de primera generación o convencionales (el haloperidol, la clorpromazina, la clotiapina, el sulpiride, etc.).Para que en una crisis el antipsicótico haga efecto suele ser necesario que transcurran entre dos semanas y dos meses. Después, una vez superada la crisis, se reduce la dosis progresivamente hasta conseguir la dosificación adecuada.
b. Los antipsicóticos de segunda generación o atípicos, más modernos (la clozapina, la olanzapina, la risperidona, el sertindol o la quetiapina, la ziprasidona, el amisulpride y el aripiprazol).
Debido al riesgo de recaída rápida después de una crisis, es recomendable no suprimir o reducir prematuramente la medicación. Habrá que acordar con el médico la duración del uso de la medicación que, frente a una primera crisis, normalmente será de uno a dos años. En caso de recaída, se precisarán de dos a cinco años de medicación. Y, aquellos que tienen múltiples episodios, la necesitarán de manera continuada. Sin embargo, el tratamiento y sus dosis deben adaptarse a cada persona.
Entre los efectos adversos más frecuentes destacan los que afectan al sistema nervioso y muscular (extrapiramidales), que incluyen: alteraciones del control del tono muscular (distonía), imposibilidad de mantenerse quieto o sentado (acatisia), temblores (Parkinson), rigidez y debilidad muscular, etc. Otros efectos adversos musculares son los movimientos incontrolables de la boca y la cara (disquinesia tardía).
Otro grupo de efectos son: sedación; aumento de peso; efectos antiadrenérgicos como sequedad de boca, visión borrosa, estreñimiento, taquicardia o retención de orina; efectos anticolinérgicos como deterioro de la memoria y de la cognición, confusión, delirio, somnolencia y alucinaciones; galactorrea (salida espontánea de leche de los pezones), disfunciones sexuales, trastorno del ciclo menstrual (oligomenorrea), etc.
La investigación ha demostrado que todos los antipsicóticos de segunda generación o atípicos causan menos efectos adversos extrapiramidales que los de primera generación o convencionales.
El médico responsable puede considerar conveniente recetar otros medicamentos que ayuden, junto con los antipsicóticos, a reducir los síntomas de la esquizofrenia. Por ejemplo, estabilizadores del estado de ánimo (como el litio), ansiolíticos (como las benzodiacepinas), antidepresivos o medicamentos que reducen los efectos adversos de los antipsicóticos (como la medicación antiparkinsoniana, anticolinérgicos, etc.).
Tratamiento psicosocial
Los programas de rehabilitación pueden ayudar a las personas con esquizofrenia a desarrollar las capacidades necesarias para llevar a cabo las actividades de la vida diaria (manejo del dinero, preparación de comidas, cuidados personales, etc.).La psicoterapia individual (llamada algunas veces terapia hablada) puede ayudar a la persona con esquizofrenia a diferenciar lo real de lo irreal.
La terapia de grupo puede ayudar a que las personas con esquizofrenia aprendan formas de comportamiento y de relación con otras personas. Los grupos de autoayuda distribuyen información y ayudan a los pacientes y a sus familiares a entender que otras personas comparten los mismos problemas.
Los grupos psicoeducativos familiares pueden ser de gran ayuda, ya que los miembros de la familia tienen un papel activo en el cuidado de la persona con esquizofrenia. Es importante que la familia entienda lo que es la enfermedad y su tratamiento para proveer el apoyo necesario una vez el paciente es dado de alta del hospital. Los miembros de la familia deben estar atentos a los signos que marcan una recaída y deben buscar ayuda médica inmediatamente para disminuir la severidad de la recaída y prevenir rehospitalizaciones
Las personas que padecen esquizofrenia han de ser atendidas en el entorno menos restrictivo posible. Hay disponibles diferentes ámbitos (lugares) de tratamiento:
Tratamiento ambulatorio (centro de salud mental y servicio de rehabilitación).
Modalidades de atención y seguimiento intensivo en la comunidad.
Hospitalización parcial (hospital de día)
Hospitalización total: unidades de agudos y de subagudos.
Información subjetiva
Es muy difícil para los enfermos tolerar efectos secundarios por periodos largos de tiempo y en especial cuando se sienten bien. Por esto es de una gran importancia el hallar la medicación apropiada y la dosis necesaria para controlar los síntomas sin producir efectos secundarios.
Factores de riesgo
Medio Ambiente: muchos investigadores creen que la esquizofrenia está causada por una compleja combinación de factores genéticos y del medio ambiente. Es decir, la esquizofrenia se manifestaría en personas predispuestas por factores genéticos a los que se añaden infecciones, traumas o factores psicológicos o sociales estresantes.Funcionamiento de la medicación
El tipo de medicación y la dosis adecuada varían de una persona a otra, en función de sus características, el tipo de síntomas que manifiesta, los efectos adversos que pueda tener la medicación, así como sus preferencias. Para un buen funcionamiento del tratamiento, es importante tomar la medicación tal y como ha sido prescrita, sin abandonarla ni cambiar las dosis.Es imprescindible mantener una buena comunicación con el médico a fin de informar bien de los síntomas que se padecen, o de las dificultades que puedan observarse. Al mismo tiempo, es necesario que el médico informe sobre los tipos de tratamientos que se pueden realizar y los efectos adversos que éstos pueden producir, incorporando así a la persona afectada a la búsqueda del tratamiento óptimo.
Información en contra
Factores de riesgo
Estación de nacimiento: los individuos con Esquizofrenia tienen mayor probabilidad de haber nacido en los meses de invierno, con un riesgo relativo del 10% para los nacidos en invierno frente a los nacidos en verano (Bembenek, 2005). Este dato está fuertemente relacionado con el hecho de que los pacientes cuyas madres se encontraban en el segundo trimestre de embarazo durante una epidemia de gripe, tienen más riesgo de desarrollar Esquizofrenia(Brown, 2006).
Infecciones: además de la gripe, se han implicado otras infecciones que supuestamente, pudieran influir en el desarrollo del sistema nervioso central (Pérez Nevot et al., 2007) tanto durante el embarazo como en los primeros años de vida: la rubeola en el primer trimestre(Brown et al., 2001), polio en el segundo trimestre (Suvisaari et al., 1999), varicela en el nacimiento (Torrey et al., 1988), herpes virus
(Buka et al., 2008), o de meningitis durante la infancia (Abrahao et al., 2005).
Complicaciones perinatales: estas complicaciones pueden referirse tanto al embarazo, al parto como al desarrollo fetal (Hultman et al., 1999). La presencia de complicaciones obstétricas perinatales aumenta la vulnerabilidad a la Esquizofrenia, (siendo el riesgo relativo de padecer Esquizofrenia en estos sujetos de 2) (Verdoux y Sutter, 2002; Geddes et al., 1999). Por otro lado, las complicaciones obstétricas son más frecuentes en las madres de edad avanzada (Lopez-Castroman et al., 2010), lo que explicaría la relación entre madres mayores e hijos esquizofrénicos.
Información a favor
Medio ambiente: El primer estudio de adopción lo realizó Heston en 1966 en los Estados Unidos. Durante 30 años realizó seguimiento a un grupo de 47 pacientes, hijos de madres esquizofrénicas adoptados al nacer, y lo comparó con otro grupo control de 50 pacientes adoptados al nacer hijos de madres sanas. Mientras que en el grupo de los hijos de esquizofrénicas la prevalencia de la enfermedad fue de 11% (5 pacientes), en los controles no hubo ningún caso de Esquizofrenia
Etnia, inmigración y estrés psicosocial: al estudiar la aparición de la Esquizofrenia en inmigrantes africanos o caribeños en el Reino Unido y Holanda, así como en sus descendientes, se observó que tenían tasas 10 veces mayores que la población general.
Otra información relevante
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